Pantá Kalá. De Homero a Simónides
Traducción comentada del texto de Jean-Pierre Vernant

(Traductor: Dávila Rojas, Jorge Luis)
Resumen

Héctor ha caído frente a los muros de Troya. Su cadáver yace en el polvo. Todos los griegos se amontonaron alrededor de su cuerpo, apartándose unos a otros para hundir en el cadáver, unos su lanza, otros su espada. Ahora bien, esta cruenta escena de violencia aparece acompañada por el siguiente comentario del poeta: "Los Aqueos admiraban la prestancia y la belleza envidiable de Héctor (hoì kaì theésanto phuèn kaì eîdos agetòn Héctoros). Expresión que resulta sorpresiva y que luciría fuera de lugar si no fuese porque, un poco con anterioridad, Príamo nos ha entregado la clave. El viejo rey, intentando disuadir a su hijo de enfrentar a Aquiles fuera de los muros, opone dos maneras de perecer en la guerra. El contraste entre esos dos modos de muerte, expuesto por Príamo, saca a la luz aspectos fundamentales del ideal y del hombre heroico tal como los presenta la epopeya.

A un hombre viejo, la guerra aporta una muerte deplorable, degradante, que lo arroja, cualquiera sea su rango, en el envilecimiento (tò aiskhrón), en una especie de desprecio monstruoso en el que pierde, con la dignidad de la edad, incluso su carácter de hombre. Por el contrario, afirma Príamo, al joven (néos), caído en la refriega de Ares, el cuerpo desgarrado por el agudo bronce, todo le concuerda (pánt’epéoiken), todo le es armonioso; todo lo que el joven muerto deja ver, todo es bello (pánta kalá).

Artículo Publicado en ACTUAL Nº 35, Dirección General de Cultura de la Universidad de Los Andes. Mérida, Venezuela. Enero-marzo 1997, pp. 179-192.