Redes de espacios públicos y ejes ambientales estructurantes.
(Rangel Mora, Maritza)
Resumen

Los espacios públicos de las ciudades -la calle, la plaza, el parque y los frentes de agua- en conjunto con los espacios socioculturales en general, deben permitir y propiciar el encuentro, la estadía, la recreación, la expresión cultural, la integración de los diferentes ciudadanos y de sus actividades, el contacto del ser humano con lo natural y la pervivencia de los sistemas naturales en lo urbano; combinando lo natural con lo construido, utilizándolos como herramientas fundamentales de la urbanística. Ellos deben formar una red holística, inclusiva, accesible a todos, confiable, armónica, atractiva, extensa, diversa, legible, equilibrada, enriquecedora, duradera, confortable, saludable y fácil de mantener, es decir sustentable Para la realización de proyectos urbanos, numerosas tendencias urbanísticas recientes han recurrido a la identificación de ejes estructurantes, ya sea de origen natural como los propios de los sistemas hídricos u orográficos, bien llamados ejes ambientales o, creados, entre los que se encuentran los asociados a los sistemas de movilidad.
Los ejes ambientales, presentes internamente o en las inmediaciones de muchos de nuestros centros poblados, según sus características, pueden llegar a ser estructurantes fundamentales de la ciudad que los aloja; haciendo posible articular sistemas urbanos diferentes, o crear redes entre elementos de un mismo sistema, que se encuentran disociados por usos o áreas de naturaleza disímil El estudio del tema de los ejes ambientales como ejes estructurantes urbanos son un mecanismo fundamental para generar criterios de desarrollo urbano sustentable, a partir del conocimiento de las potencialidades de sus espacios para incorporarse a la vida urbana, como factor de incentivo para el manejo racional del espacio natural para la vida pública, la funcionalidad urbana, la enseñanza formal y comunitaria de principios de convivencia ambiental, para la reducción de riesgos y para el saneamiento ambiental, entre otros.
Se trata de ver el ambiente como un potencial, como algo que está allí para ser empoderado por los grupos sociales y modelado por ellos para los mejores fines conjuntos. Por ello ha de afirmarse lo que dice Pesci (2.006): el ambiente como proyecto es la meta (cada ciudadano, un proyectista de proyectos asociados) de una gran finalidad, que es la mejora de la calidad de vida.