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dc.rights.licensehttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/3.0/ve/
dc.contributor.authorNeira Fernández, Enrique
dc.date.accessioned2011-06-20T22:20:41Z
dc.date.available2011-06-20T22:20:41Z
dc.date.issued2011-06-20T22:20:41Z
dc.identifier.urihttp://www.saber.ula.ve/handle/123456789/33343
dc.description.abstractA grandes males, grandes remedios. La lucha por la supervivencia no es sólo de las especies animales sino también de los pueblos. Colombia, que desde 1886 venía con graves problemas sociales de crecimiento y problemas políticos por el enfrentamiento partidista (tras la guerra de los mil días a finales de siglo), era una democracia a medias, asediada violentamente por tenebrosas bandas de guerrilleros, de narcoterroristas, y delincuencia común. Pero en 1991 intentó reencontrar su alma y recuperar su andadura con mayor democracia y modernización. Y escogió para ello un instrumento que es excepcional, como lo es el cambio de su Carta Magna a saber, ese conjunto de normas jurídicas fundamentales que conforman el marco jurídico del Estado. Algo que constituye la columna vertebral y la estructura ósea en la que encarna la nación. El Estado colombiano, diseñado en 1886, estaba ya divorciado de la realidad política, económica y social que vivía la Nación. El Estado aparecía como una organización desueta, anacrónica, superada por los acontecimientos y las demandas. La sociedad colombiana, en cambio, venía dando muestras de mucha vitalidad, de gran capacidad de transformación y cambio, de un dinamismo de progreso indetenible. Había consenso de que el Estado colombiano venía resultando demasiado grande para las cosas pequeñas y demasiado pequeño para las cosas grandes. Era un Estado (como otros en Latinoamérica) obeso en su burocracia y apetitos, pesado en su funcionamiento, incómodo y costoso para la sociedad civil que lo financia, y, por desgracia, un Estado impotente para administrar justicia, para conservar el orden público, para garantizar la seguridad y el progreso de los asociados. No era suficiente un nuevo maquillaje de las leyes, ni un simple cambio de vestido, ni siquiera cambio de piel. Se requería toda una nueva Constitución Política.es_VE
dc.language.isoeses_VE
dc.rightsinfo:eu-repo/semantics/openAccess
dc.subjectDemocraciaes_VE
dc.subjectModernizaciónes_VE
dc.subjectPazes_VE
dc.subjectGrupo del Observatorio de Política Internacionales_VE
dc.titleObservatorio de Política Internacional I. COLOMBIA - 20 años nueva Constituciónes_VE
dc.typeinfo:eu-repo/semantics/bookPart
dc.description.colacion1-4es_VE
dc.description.emailneira@intercable.net.vees_VE
dc.publisher.paisColombiaes_VE
dc.subject.departamentoDepartamento de Política Internacionales_VE
dc.subject.facultadFacultad de Ciencias Jurídicas y Políticases_VE
dc.subject.onomasticoGaviriaes_VE
dc.subject.tipoMonografíases_VE
dc.type.mediaTextoes_VE


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