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Asdrúbal Colmenárez "Mi trabajo trata de hacer sensible la percepción"
Su Obra de Gustavo Navarro Castro Su Pensamiento de Asdrúbal Colmenárez
El resultado final es una serie de imágenes cromáticas, líneas y
formas yuxtapuestas en las cuales se advierte Representante de un arte con un discurso interdisciplinario que toma en cuenta la situación actual de la civilización contemporánea, nuestro artista a través de su trabajo muy personal, establece mediante las imágenes construidas, un intercambio y una ruta a transitar entre el arte y otros aspectos de la creación humana, de la cultura en la cual nos desenvolvemos y actuamos en constante peregrinaje. Así el arte de Colmenárez transmite un halo de misterio e intriga utilizado conscientemente por su hacedor a fin de estimular el vuelo de la imaginación y la participación reflexiva sobre el papel del artista en sus búsquedas, dudas y hallazgos, y del arte mismo en la comprensión y acercamiento emotivo a los principales temas que nos afectan como miembros de la cultura urbana universal." Gustavo Navarro Castro
Yo diría que el mejor clima para crear algo subversivo, sería el clima, no es ciertamente el clima democrático... El clima democrático es la cosa más hipócrita que existe. Le permite al artista fabricar cosas que sirven para... Ustedes conocen lo que llamamos ollas de presión, que se escapa el humo, que se escapa el aire cuando hay mucha presión, para que no explote, que sirve como paliativo, como una manera que permite al sistema seguir controlando todo... Finalmente, una de las primeras maneras que consiguió el artista en el Siglo XVIII para poder escapar al control fue que cuando él tenía que hacer cuadros religiosos, buscaba un sitio específico que solamente él conocía. Solamente el artista conocía el sitio, el punto específico donde ponía una imagen erótica. Entonces era como una manera interesante porque era una imagen religiosa donde él metía una figura erótica. A este fenómeno se le llamó anamorfosis...
Y después, en la medida en que yo iba avanzando iba trabajando siempre en la contradicción, quiere decir que iba avanzando en la contradicción. Yo llegué a una Universidad donde estaba Lacan, estaba Foucault, estaba Lyotard, estaba Gilles Deleuze, estaban muchos otros tipos y la idea era que la primera condición que había para el artista, para el productor de ideas era no hacer nada porque todo lo que podía hacer uno era recuperado, era utilizado o reutilizado por el mismo sistema. Entonces uno trabajaba una semana y otra semana no... Y puede ser que en esa época hago yo mi mejor trabajo... Finalmente lo que yo hago hoy no es mi mejor trabajo, esto que ustedes acaban de ver no es mi mejor trabajo pero es un trabajo de terapeuta. El último trabajo “Penas de Amor Perdidas” está basado en la única pieza de teatro de Shakespeare, pues yo tenía una colección de juguetes...
Mientras menos cosas tú tengas en tu vida que te acaparen, que te atrapen, más libre eres tú... y me dije, voy a salir de estos juguetes... Entonces me hice unas fotografías en El Paraíso, en Caracas en donde llevan a todos los carros viejos, chocados... Entonces confronte el dramatismo de ver a un carro chocado con el juguete que es de una ternura increíble... Porque siempre en mis trabajos hay pero de una manera muy sutil, pero muy sutil, una pequeña subversión. Es como decía Mao, como un granito de arena que cae en una máquina. De allí viene la palabra sabots que era el nombre que los holandeses daban al zapato de madera que ellos usaban. Lo metían en una máquina, para que la máquina no funcionara como debía funcionar...
Lo importante es cuando en esa contradicción permanente que todavía la tengo, que produce en mí el Mayo 68 es muy importante, porque de ahí sale la píldora anticonceptiva que es para mí la más grande revolución del siglo, porque la píldora anticonceptiva le permite a la mujer la completa libertad de hacer lo que ella quiere cuando ella quiere.
Hay un tipo que se llama Jean Michel Bastien... y es curioso que todo lo que el hombre trata de hacer como para mover a la sociedad termina en un museo y así tenemos como los grandes creadores como los de la época de Dadá, que es uno de los movimiento más importantes y además que puede ser la poesía; en muchas cosas, nace un movimiento que es muy importante que es el Arte de Acción. Se cortaban las manos, se desnudaban, se echaban cal encima, que se llamó la Escuela de Viena y que tenemos un representante en Venezuela, que nunca se le dio la importancia que tenía, pero realmente fue el primero entre los otros que se llamó Carlos Contramaestre. Quiere decir que Venezuela es un país maravilloso porque nunca sabemos lo que tenemos. Nosotros siempre estamos esperando que la otra gente venga...
Porque no creo en el arte por el arte. Eso no tiene razón de ser. El arte tiene que tener un lado, un grado lado político, aún si sabemos que no vamos a cambiar nada. Hay, por ejemplo, un gran artista que vale la pena mencionar, que se llama Hack que hace fotografía. Es uno de los mejores actualmente como fotógrafo. Él fotografía, por ejemplo, la casa del gerente general de la Rolls Roice y fotografía la casita y los carritos de los obreros que trabajan el la Rolls Roice. Entonces, el colocar las fotos en paralelo, teniendo presente que el acabado de las dos fotos, de la una y de la otra, es perfecto; eso hace que se pierdda la fuerza... Si tú tienes, si tú haces una buena fotografía, si fotografías muy bien un rancho, el rancho deja de ser rancho. Por eso hay veces que hay que tener cuidado con la tecnología ya que puede mostrar lo contrario, lo adverso de lo que tú pretendes. Tú imaginas la forma yo creo que hagamos lo que hagamos lo más importante del arte es que nos permite abrir un campo de reflexión donde varias personas comulgan, personas que todavía creen que hay una posibilidad de cambiar las cosas, no mucho, pero de poder cambiar pequeñas cosas.
Lo que ustedes vieron no es lo más importante de mi trabajo. Lo más importante de mi trabajo fue El Alfabeto. Yo hice veintiséis letras que tenían un sentido diferente, de sensaciones diferentes, y era en esa época Ministro de la Inteligencia que se llamaba Luis Alberto Machado y tenía un asesor, un español que no conocí y que ni siquiera quiero saber su nombre, que después que vio mis letras, que yo no estaba cobrando nada por eso. Yo sólo quería que se fabricara para todas las escuelas de Venezuela, sin cobrar nada... Pero le recomendó al Ministro que se comprara un moco de elefante que los muchachos jugaban así, que eran como bolas concéntricas y dejaron a un lado El Alfabeto y prefirieron el moco de elefante... Pero lo que más me gusta a mí de esta de esta experiencia es que los funcionarios pasan, y para eso quisiera vivir más tiempo para poder reírme más, los funcionarios pasan y los artistas quedan. Por ejemplo, hay un tipo que yo detesto, no sé ni siquiera por qué y no es que detesto si no que me cae bien, que fue Presidente de Venezuela, que se llama Carlos Andrés. Nunca me habló, nunca lo conocí. Un día vino a verme una amiga y me dijo: “Sabes que Carlos Andrés esta haciendo una casa y quiere poner un cuadro tuyo?”. Yo le respondí: “A mí me da pena esa vaina y a quién no le da pena?. Aquí en Venezuela lo único que da pena es no tener plata. De todas maneras, yo decidí no venderle nada, ni proponerle nada. Posteriormente yo hice una exposición en Caracas. Algunos cuadros se vendieron y como nunca los vendo personalmente... Al único tipo que yo quisiera que no tuviera un cuadro mío es Carlos Andrés... Hace dos o tres años un amigo y me dice: Tú eres amigo de Carlos Andrés, porque en el salón él tiene un cuadro tuyo... Pero fue que alguien le vendió un cuadro mío a la Secretaria y la secretaria se lo regaló a Carlos Andrés... Entonces él tiene ahora un cuadro mío... Entonces es la gran contradicción del artista en todo lo que nosotros hacemos...
En la Séptima Documenta había un letrero que decía. Era un artista francés que se llama Ben que decía “Aquí estamos –aquí quiere decir, en el museo- celosos los unos de los otros por la gloria”. Eso explica que últimamente en Venezuela, en Europa, en el mundo hay unos movimientos que se crean como en la época de Dadá, como el surrealismo... Quiere decir que partir de los años setenta empiezan a trabajar individualmente porque la obra comienza a tener un valor marchante, mercantil... por eso cuando yo hice la exposición Transposition que es como una antología del arte contemporáneo y moderno. Yo muestro los primeros cuadros de Picasso, abstractos podemos decir, que se llama Las Señoritas de Avignon hasta los cuadros del Ochenta nosotros vemos, al menos yo vi en el momento en que estaban expuestos que el Arte Moderno, el arte que se hace hasta los años Cincuenta tiene algo de trascendental. Henry Moore, Calder, Picasso, Shwister tienen algo de emoción, tenían algo que comunicaban y que lo hacen hasta más espiritual, es como más contemporáneo, es como más... no es esta cosa ficticia que está en el arte americano, está en Warhol. Si tú ves hoy un cuadro de Warhol hoy día, es como si tuviera como cien años y apenas tiene veinte o treinta años. Lo que está pasando con el artista es que le pasó como a Fausto que a partir de los años sesenta le vendió el alma al Diablo, quiere decir que hoy gana más plata... Van Gogh nunca pudo comprarse una chaqueta como ésta. Nunca pudo haber comprado algo así. Sí, ahora ganamos más plata, pero está perdiendo en su libertad, en lo subversivo, en sus ideales. Picasso consiguió una vez, cuando el gobierno español le pidió, le encomendó para la Feria, para la Exposición Universal un cuadro que se llama Guernica que es realmente extraordinario... Yo creo que si el arte por el arte no sirve para nada, el arte solamente político tampoco sirve; es decir que tiene que haber un aporte formal por eso yo creo mucho en el arte, en la poesía, en la literatura, en la música, en el cinema sobre todo en el que yo llamo cinema no lineal, que no es narrativo, como el cinema de Godard. Son cosas que hacen que el espectador, la persona que mira pueda hacerse su propia obra, quiere decir que puede hacerse su propia interpretación, su propia reflexión y lo más importante es que el arte, hoy el mundo sin arte es como cuando tú llegas a una película y ves “the end”, el fin, es decir que sólo ves el genérico. Yo creo que lo importante del arte es que podamos vernos, reflexionar sobre pequeñas cosas, cosas que Lyotard llamaba “coup par coup”...hacer cosas precisas... La gran contradicción que tenemos es cómo hacer un juicio a priori, es decir, por ejemplo, que cuando yo descubro... Para mí el filósofo más brillante del siglo es Hegel y cuando yo descubro que él había colaborado con el gobierno alemán, con el nazismo, se me cae, me defraudo. Paralelamente yo conocí personalmente a un tipo que rechaza el Premio Nobel de la Paz, que se llama Jean Paul Sartre, que marcha con los obreros de la Renault, pero al tipo si lo comparamos realmente a los dos filósofos, Sartre no aporta lo mismo que aporta Hegel, entonces volvemos a la eterna contradicción cómo lograr conseguir algo que permita continuar hacia delante pero al mismo tiempo no seamos como el “Buffon du Roi”, que era el tipo que con tal hiciera reir al Rey, le era permitido todo". Palabras de Clausura del VI CONGRESO PRESENCIA Y CRÍTICA LOS LENGUAJES DE LA SUBVERSIÓN realizado por el Centro de Investigaciones Lingüísticas y Literarias "Mario Briceño-Iragorry" de la Universidad de los Andes, Núcleo Trujillo, los días 02, 03 y 4 de Noviembre 2000. Las fotos que ilustran la presente ponencia, muestran el montaje de la "Plaza de los Artistas" Asdrúbal Colmenárez que se encuentra ubicada en la entrada de la ciudad de Trujillo, la cual mostrara su forma definitiva, cuando según palabras de su propio autor -Asdrúbal Colmenárez- él muera. La mismas fueron tomadas por el Dr. Alberto Villegas Villegas
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