Reflexiones en torno a Nietzsche y la música.

Abstract

Esta ponencia expone a Nietzsche donde toda música realmente notable no es sino un canto del cisne. Narcótico para la decadencia de una cultura y final para

todo un mundo que se despedaza en ruinas. El nuestro no deja de tener los dos momentos presentes. Permanecer dormidos mientras cantamos… Por ello, no está

de más recordar una de las condiciones requeridas que preveía para la filosofía del porvenir, el cual era un renacimiento en el arte de oír la música del

mundo. Él lo hizo, haciendo de su obra una especie de ditirambo filosófico, hecho por una mente dionisiaca, por un danzarín del pensamiento, captador del

movimiento, del ritmo, de las resonancias, de los sonidos y de los ruidos, de la música de las crisis y virtudes del hombre y del mundo moderno. En esta perspectiva Nietzsche impulsa a considerar que todo arte y linaje filosófico pueden llegar a ser considerados como una panacea, un remedio, un

auxilio, una especie de pharmakon, prestados a la florescencia de la vida individual como una especie de lucha (agon) que impone los requeridos

padecimientos; de un coraje estético y simbólico, emocional y vital para enfrentar el sufrimiento, cuya tendencia puede decantar en un doble resultado y

significado