Reflexiones legales sobre derechos y garantías de las personas en el proceso de morir dignamente

Abstract

La máxima romana “mors cita et sine cruciatu”, “una muerte rápida y sin dolor”, así se refería el emperador romano Augusto, en los inicios de la era cristiana, al hecho terminal que hoy conocemos como el proceso del buen morir o “buena muerte”, el cual resulta ser una demanda en nuestro tiempo, el morir en buenas condiciones; es decir, con dignidad, por lo que prohibir este derecho implica en la práctica la expropiación de una de las libertades más básicas de la persona, la soberanía de su cuerpo, de su existencia. Ponerle fin a nuestra vida es parte de nuestro derecho a vivir, una radical expresión de la autodeterminación de la persona, su verdadera y definitiva última voluntad, negarle este derecho en una condición de salud terminal, es someterlo a tratamientos médicos tortuosos que no lo curarán, es condenarlo a morir lentamente, en infinidades de veces. Por ello es uno de los asuntos que más le preocupa al ser humano, es el morir y a ser posible evitando el padecimiento innecesario y su posición es la de no prolongar por más tiempo sus padecimientos físicos insufribles como víctimas de enfermedades y padecimientos incurables y terminales, es por lo urge una reglamentación que resuelva este evidente vacío legal. El vacío en la reglamentación ha dado lugar a que la eutanasia o cualquiera de sus figuras como la ortotanasia siga siendo un tabú sociocultural, en buena parte gracias a su desconocimiento. Por lo que se impone legislar una nueva ley sobre los derechos y garantías de las personas en el proceso de morir dignamente